WASHINGTON.- Estados Unidos vivió una noche de furia. Las protestas por el
asesinato de George Floyd en Minneapolis a manos de la policía escalaron con
fuertes enfrentamientos entre manifestantes y policías, y saqueos, destrozos,
incendios y casi dos docenas de ciudades con toques de queda, y el despliegue
de la Guardia Nacional en varios estados.
Hubo coches de policías incendiados, comercios y edificios gubernamentales
vandalizados, se destrozaron ventanas, se saquearon tiendas, se destrozaron
monumentos y las policías cargaron contra los manifestantes con gas pimienta,
gases lacrimógenos y balas de goma, estirando la indignación de un país
conmocionado, ya castigado por la pandemia y la peor crisis económica desde la
Gran Depresión.
Los Angeles se había convertido en uno de los epicentros de la rabia social.
El gobernador de Califoniar, Gavin Newsom, desplegó a la Guardia Nacional. El
alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, dijo que había pedido entre 500 y 700
guardias. "La Guardia Nacional de California se desplegará en Los Ángeles por
la noche para respaldar nuestra respuesta local para mantener la paz y la
seguridad en las calles de nuestra ciudad"', dijo el alcalde en las redes
sociales, mientras la ciudad ardía.
Se promulgaron toques de queda en más de dos docenas de ciudades y se convocó
a la Guardia Nacional en al menos 12 estados y el Distrito de Columbia cuando
los funcionarios pidieron la paz . Pero el caos convulsionó al país, dejando
decenas de policías y manifestantes heridos y partes de América ardiendo. Al
hablar en el programa "Estado de la Unión" de CNN, el asesor de seguridad
nacional, Robert O'Brien, volvió a culpar a "militantes de Antifa" por avivar
la violencia en las ciudades de Estados Unidos, y descartó la posibilidad de
que haya supremacistas blancos detrás de los destrozos.
Fuente: www.lanacion.com.ar - AP y The Washington Post
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